Movimientos y distancias al hablar

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En la mayoría de las ocasiones, amigos y amigas, nuestro cuerpo comunica mucho más de lo que lo hacen nuestras palabras. Por eso es muy importante tratar este tema para estar conscientes de cómo nos movemos y qué distancias tomamos al hablar, ya que todo tiene un significado, y queremos comunicarnos eficazmente.

¿Acaso no se da cuenta uno cuando alguien está mintiendo por la pura postura que tiene? ¿O que está lateado o decaído? ¿Cómo creen ustedes que los profesores se dan cuenta de los copiones? Nuestro cuerpo nos delata.

Lateado.

Quizás, para que te entusiasmes en revisar este tema, sea importante señalar que quien conoce y maneja su lenguaje corporal (movimientos y distancias) tiene una gran ventaja sobre quien no lo conoce.

Comencemos.

Es muy probable que tú mismo te hayas dado cuenta de que al hablar, además de utilizar palabras, realizas una gran cantidad de gestos, tu cuerpo adopta ciertas posturas, cambias tus tonos de voz y en algunos casos hasta varías las distancias respecto de tus interlocutores. Todos esos comportamientos, que son muy variados, corresponden al lenguaje no verbal, y han sido y aún están siendo estudiados por disciplinas emergentes.

La postura corporal, los gestos, la expresión facial, la mirada y la sonrisa, son objeto de estudio de la "kinésica" o "cinecis", es decir, la disciplina que se ocupa del estudio de los movimientos del cuerpo.

Concentrado y posero.

Los tonos de voz son estudiados por la "paralingüística".

Las distancias corporales entre los participantes de una comunicación, o sea, lo que principalmente tiene que ver con el uso del espacio físico en el contexto comunicativo, es objeto de estudio de la "proxémica", la "disciplina que estudia el uso de los espacios en las culturas".

Es importante que recuerdes que en un proceso comunicativo nunca puedes dejar de comunicar, esto porque en la interacción social es imposible que tu cuerpo, tus gestos, tu postura, entre otras cosas, no revelen algo, así como también es imposible que controles el "proceso de atribución de los otros", o sea, que evites que ellos den un significado a lo que ven en ti. Piensa por ejemplo en cómo reaccionas cuando estás enojado. Lo más probable es que arrugues la frente, entrecierres los ojos, cruces los brazos y adoptes una postura desafiante. Todas esas posibles reacciones son interpretadas por los que te rodean, y así es bastante fácil que ellos noten si estás enojado o no.

Como ya te diste cuenta de que es imposible que tu cuerpo deje de comunicar por sí solo, nos adentraremos un poco más en dos de las tres disciplinas que mencionamos al principio, nos referimos a la kinésica (también llamada kinestesia o sinestesia) y a la proxémica.


1. Movimientos (kinésica)

La palabra "kinestesia" viene del griego "kinesi" que significa movimiento y de "aisthesis", que es sensación, por consiguente, la kinestesia o cinestesia es la percepción consciente de la posición o de los movimientos del cuerpo.

Los comportamientos kinésicos más estudiados son cinco. Hinquémosle el diente a estos comportamientos:

1.1. Postura corporal

La postura es el comportamiento no verbal más fácil de descifrar. A partir de ella puedes conocer el carácter de una persona y su actitud. Por ejemplo, las personas con carácter débil e inseguro por lo general adoptan posturas encorvadas, esconden los hombros y mantienen la cabeza gacha; mientras que las personas de carácter fuerte y decidido, por lo común tienen posturas erguidas, mantienen la espalda recta y la cabeza en alto de manera firme. Estas dos posturas descritas son bastante frecuentes en nuestra cultura chilena, aunque mucho más la encorvada e insegura. Los chilenos somos más bien tímidos e inseguros (contrasta a un chileno medio con un argentino medio y te darás cuenta).

Chileno vs. argentino.

Y ahora que nos topamos con la cultura debemos precisar que los estudios científicos demuestran que las posturas y el comportamiento no verbal, en general, son socialmente aprendidos, no tienen ningún rasgo que sea determinado biológicamente, de modo que el comportamiento de los hombres y el de las mujeres en las distintas sociedades es absolutamente determinado por la cultura de la sociedad en la que se desarrollen.

De esto se desprende que el hecho de que las mujeres deban sentarse con las piernas cruzadas juntas y que los hombres deban sentarse con las piernas cruzadas, pero dejando el talón de un pie sobre la rodilla de la pierna contraria, para no parecer afeminados, es simplemente una convención social. Y para que corroboremos que dichas posturas están determinadas socialmente, pensemos en las bromas que se hacen a los hombres que se sientan cruzando las piernas como mujeres o en las mujeres que se sientan con las piernas separadas. Los primeros siempre reciben bromas del tipo "ella pu', la linda" y a las mujeres se les dice irónicamente "pucha Rigoberta que so' femenina", lo que motiva rápidamente el cambio de posturas de los afectados, cambios que siempre reiteran y perpetúan los convencionalismos antes descritos y determinados para cada uno de ellos (mira el siguiente video).

Decíamos que la postura es el comportamiento no verbal más fácil de descifrar y que evidencia rasgos tanto de carácter como de actitud. Pero las posturas también denotan nuestra disposición a aceptar a otros en un proceso comunicativo. Así podemos hablar de "posiciones más abiertas" y de otras "más cerradas". Las primeras, implican que ni manos, ni brazos ni piernas separan a un interlocutor de otro, mientras que la posición más cerrada implica que tanto los brazos, como las manos o las piernas sirven como barreras entre un interlocutor y otro.

Por ejemplo, si te cruzas de brazos cuando estás en desacuerdo con alguien o cuando no quieres hablar, significa que estás obstruyendo la comunicación, porque interpusiste una barrera corporal con el otro; adoptaste una posición cerrada. Por el contrario, cuando deseas iniciar una conversación con alguien no llegas de brazos cruzados, sino con los brazos abiertos o libres a los costados; esa es una posición abierta. Lo mismo ocurre con las piernas. Nota que si estás conversando con un amigo y los dos dejan sus piernas estiradas impiden que un tercero se integre a la conversación, ya que las piernas estiradas al igual que los brazos cruzados, son barreras que impone el cuerpo.

Otra postura que evidencia tu disposición o indisposición a aceptar a alguien en tu núcleo de comunicación es la posición corporal. Imagina que dos personas aceptan a un tercero en una conversación, si están de pie, lo demostrarán formando un semicírculo de modo que todos los interlocutores puedan verse de frente, pero si no lo aceptan se pondrán uno frente al otro y el tercero se sentirá evidentemente aislado de la conversación. Ahora, si están sentados y aceptan al tercero, lo manifestarán colocando la parte superior del cuerpo frente a un interlocutor y la parte inferior frente al otro, de modo que el tercero se sienta incluido; pero si no lo aceptan, se mantendrán uno frente al otro y aunque parezca que incluyen al tercero ofreciéndole la palabra, en realidad no lo habrán hecho, y lo evidenciarán consciente o inconscientemente con el cuerpo (mira a manera de ilustración los siguientes videos: video 1, video 2, video 3 y video 4).

A continuación, nombraremos algunos ejemplos de postura corporal. Algunos de ellos tienen asociado un dibujo sencillo para que captes la idea central de la descripción cuando es difícil de entender a través de palabras.

i. Al estar de pie:


ii. Al estar sentado:


iii. Posturas socialmente aprendidas:

a. Para la mujer:

b. Para el hombre

c. Posiciones abiertas

d. Posiciones cerradas


1.2. Los gestos

¿Has escuchado alguna vez que si "a fulano le ataran las manos quedaría mudo"? Esto es claramente porque esa persona realiza muchos ademanes para hablar, pero hay que admitir que todos estaríamos muy incómodos si no pudiéramos ilustrar y acompañar nuestras palabras con gestos, que, además, hacen más dinámica una conversación (a propósito de esto, mira este video).

Cuando gesticulas (que palabra más comprometedora), generalmente no te das cuenta de los movimientos que realizas y estás más consciente de los movimientos de la otra persona que está contigo. Sin embargo, las manos pueden lograr más de setecientos mil signos diferentes usando combinaciones del brazo, la muñeca y los dedos (¡Wow!). Además, los movimientos de las manos son económicos y –en ocasiones- más rápidos que el habla; por ejemplo hay signos que significan todo un concepto, por ejemplo el sueño, que se indica inclinando la cabeza y apoyando la mejilla sobre una mano. Otro es el que representa estar satisfecho después de una comida, eso se representa poniendo una mano sobre el estómago y palmeándolo suavemente o frotándolo (como en este video... te apuesto a que tú lo has hecho...). En fin existe una gran variedad de gestos y en cada cultura hay gestos particulares, que en otra son simplemente ridículos o incomprensibles.

Se han determinado cinco tipos básicos de gestos, que son lo que veremos a continuación:

1.2.1. Gestos emblemas

Los gestos emblemáticos o emblemas, son emitidos intencionalmente y su significado es claro y específico. Estos gestos representan palabras, por ejemplo, decir "chao" moviendo la mano (mira este video) o "afirmar algo con la cabeza".

A continuación te describimos algunos ejemplos para gestos emblema:

1.2.2. Gestos ilustradores

También son gestos intencionales, se producen durante la comunicación verbal y sirven para ilustrar lo que se dice. Hablar de un hombre tacaño y apretar el puño mientras se dice que "Juan es así de apretado" es un gesto ilustrador (así, como en este video).

A continuación, van algunos ejemplos de gestos ilustradores:

1.2.3. Gestos que expresan estados emotivos

Rabioso.

Estos gestos suelen confundirse con los gestos ilustradores, ya que también acompañan palabras. La única diferencia radica en que un gesto ilustrador es emocionalmente neutro y un gesto que expresa estados emotivos, evidentemente, refleja un estado emocional. La rabia es una emoción que podemos reflejar, además de expresarla con las palabras, con gestos violentos, sean estos de cabeza, piernas o brazos.

Dale una mirada a los siguientes ejemplos de gestos que expresan estados emotivos:

1.2.4. Gestos reguladores de la interacción

Estos movimientos los produce alguno de los participantes del proceso comunicativo con la finalidad de regular las intervenciones en la interacción, también sirven para regular el inicio y el fin de esta, como cuando dos personas se dan la mano en señal de despedida y con el gesto refuerzan el fin de la interacción comunicativa.

Dándose la mano, pues.

Los siguientes son ejemplos de gestos reguladores de interacción:

Para comenzar una conversación:

Para finalizar una interacción:

1.2.5. Gestos adaptadores

Estos gestos responden a la necesidad de adecuarnos a una situación determinada cuando anímicamente no estamos para ello, o sea, que te sirven para manejar las emociones que no quieras, no debas o no puedas expresar. Por ejemplo, si llegamos alegres a un funeral nos llevaríamos más de una crítica, de modo que debemos manejar nuestras emociones y hacer gestos solemnes acordes con la situación.

Situación solemne.

A continuación, mira algunos ejemplos de gestos adaptadores para la situación (no para cómo nos sentimos necesariamente):

¡Recapitulemos!

Los gestos son los movimientos propios de las articulaciones, principalmente del movimiento de las manos, de los brazos y la cabeza, ellos cumplen un papel muy importante en la comunicación verbal, principalmente regulan e ilustran la conversación y, desde luego, complementan el proceso comunicativo.

Vamos con lo que sucede con la cara ahora.

1.3. Expresión facial

Seguramente sabes que los seres humanos somos capaces de controlar nuestros rostros y utilizarlos para transmitir mensajes. Piensa en cuando quieres hacer saber a alguien que te gusta y no utilizas ni una sola palabra, sino sólo miradas, sonrisas, gestos que denotan tu interés o disposición a escucharles, etc. (¡Huy! Me pongo colorado con estas reflexiones... mejor mira este video). Todos esos comportamientos son no verbales, y te habrás dado cuenta también que revelan mucho y a veces sin que tengas plena consciencia de ello.

Bueno, el rostro, su expresión, es el medio más rico para conocer los estados de ánimo y las emociones. Pero podríamos preguntar ¿qué tan falible es? puesto que como ya dijimos, el ser humano puede manipularlo y utilizarlo, por ejemplo para mentir.

Algunos estudios han demostrado que "las expresiones faciales son un índice confiable de ciertas emociones básicas". Por ejemplo, una prueba de que expresiones de emociones como la ira, el temor o la tristeza son universales, son las arrojadas por estudios de niños ciegos de nacimiento que aunque nunca han visto expresiones de emociones, y por consiguiente no han podido imitarlas, reaccionan frunciendo el ceño, riendo o llorando cuando sienten enojo, alegría o tristeza. Sin duda, existen grupos de investigadores que creen que la expresión de las emociones se aprende de forma diferente en cada cultura, pero la tendencia es a creer que las emociones básicas tienen expresiones universales, así en cualquier cultura una persona sonríe cuando está feliz y llora cuando siente mucha pena o tristeza.

En la conversación, usamos las expresiones faciales principalmente para dos cosas, la primera es para regular la interacción comunicativa y, la segunda, para reforzar al receptor. Así, puedes notar cuándo tu interlocutor está en desacuerdo con una opinión tuya porque, por ejemplo, movió la boca en señal de desaprobación. También tú puedes darle a entender que te ha sorprendido con algo que ha dicho si abres mucho los ojos y arqueas las cejas. Puedes manifestar que no se expresó con claridad y que no entendiste lo que quiso decirte si frunces el ceño y entrecierras los ojos. De esa forma estarás regulando la interacción y obligarás a que el otro vuelva a expresarse, pero esta vez con más claridad. Ahora, si durante una conversación manifiestas mucho interés, bastará con que cada cierto tiempo asientas con la cabeza para que tu interlocutor se sienta reforzado y perciba tu interés en lo que dice, de esta forma también regulas la conversación (como en este video).

Todo el comportamiento no verbal es, por lo general, análogo al lenguaje, es decir, al comportamiento verbal, ya que la mayoría de las veces las personas hacemos determinados gestos o adoptamos ciertas posturas para reforzar lo que estamos diciendo, pero también hay casos en que las palabras no tienen ninguna relación con lo que decimos, creemos o pensamos, como cuando alguien miente. En esos casos, el conocimiento del comportamiento no verbal, y el de las expresiones faciales en particular, podrían ayudarnos a detectar si nuestro interlocutor nos miente o no. Seguramente, la detección de una mentira es algo que ya has vivido en forma personal, y de seguro la expresión facial de la otra persona te ayudó a descubrirlo, pero la expresión del rostro es sólo uno más de los comportamientos kinésicos que leemos en las demás personas.

Inventario de algunas expresiones faciales:

1.4. La mirada

Imagina que estás un día sentado en una plaza y de pronto, cuando alzas la vista, te encuentras con la mirada fija de un desconocido que te observa y que no se inmuta cuando tú le clavas los ojos. Es casi seguro que enseguida evitarás su mirada, luego volverás hacia él para ver si aún sigue mirando. Si es así, volverás a hacer nuevamente lo anterior. Si después de haber repetido varias veces esta operación, el individuo persiste, tú pasarás rápidamente a la incomodidad, al nerviosismo e incluso podrías llegar a la ira; esto, porque la mirada fija y sostenida es una forma de amenaza entre muchos animales y también para el humano (revisa el siguiente video, en que nos conseguirmos dos animales Homo Sapiens Sapiens para la actuación).

¿Sabías que los monos son impresionantemente sensibles a una mirada fija? (Yo no). En un experimento se expuso a varios monos a las miradas fijas de un hombre que se encontraba oculto. Pronto comenzaron a mostrarse deprimidos, y al registrar sus ondas cerebrales, notaron que se producían alteraciones en el esquema de las ondas cuando eran mirados de forma tan fija. Sigue siendo un misterio cómo sabían cuándo se los estaba mirando y cuando no, pero esto parece muy ligado a una experiencia humana muy clásica; piensa, ¿nunca has sentido la incómoda sensación de ser observado y cuando volteas, confirmas la sospecha?

¿Observado?

Hasta aquí, no se sabe qué ocurre con las ondas cerebrales de un hombre cuando lo miran fijo, pero hay estudios que revelan que una persona que es mirada fijamente muestra un ritmo cardíaco más alto que otra que no es observada. Probablemente esa es una de las más grandes incomodidades de hablar en público... enfrentarse a todas esas miradas fijas sobre ti.

El comportamiento ocular es, probablemente, la forma más sutil del lenguaje corporal. Desde niños aprendemos qué hacer con nuestros ojos, hacia donde dirigirlos y hacia donde no.

Los movimientos de los ojos determinan qué es lo que ve una persona. Se ha demostrado que estos movimientos regulan la conversación, pues el grado de prolongación de la mirada le hace saber al emisor si su receptor le pone o no atención y cuando él termine de hablar, dirigirá una mirada un poco más larga y el receptor sabrá que debe responder (que le toca hablar a él). Mira el este video, donde se ilustra esto.

Todo lo anterior hace referencia a comportamientos condicionados por la cultura, por el entorno del individuo, pero hay reacciones de los ojos que no podemos regular: la dilatación de tus pupilas, por ejemplo. Estas se adecuan a las condiciones de luz, pero esto no es ninguna novedad, ¿cierto? Lo entretenido es saber que el tamaño de la pupila no solo se ve afectado por la visión, sino también por el gusto y el sonido. Cuando bebes o comes algo de tu gusto, las pupilas se dilatan, pero se contraen con lo que te es desagradable, lo mismo pasa cuando escuchas música. Esto también ocurre cuando ves algo que te es agradable, por ejemplo, un heterosexual dilata sus pupilas al ver a una persona del sexo opuesto que le parezca atractiva (el homosexual responde así al ver a alguien de su mismo sexo), y cuando algo te desagrada demasiado se produce un shock y tus pupilas se dilatarán, para -enseguida- contraerse. Mira el siguiente video, en el que la hija de una señora muestra su pupila en estas mariguanzas.

Se dice que el ojo es "una extensión del cerebro", pues se ha comprobado –además de todo lo anterior- que al presentarle a alguien un problema de aritmética, la pupila comienza a aumentar su tamaño, y alcanzaba su tamaño máximo al llegar a la solución, luego decrece. Pero no alcanza su tamaño natural hasta que la persona verbaliza la respuesta.

En el estudio sistemático de la mirada los aspectos más relevantes son los siguientes:

a) La dilatación de las pupilas: La dilatación de las pupilas indica que algo te es agradable, atractivo o interesante. Este fenómeno no lo puedes controlar, por lo que algunas personas consideran que es una forma fiable para conocer la conducta; sin embargo, tienes que tener en cuenta que en la dilatación o contracción de las pupilas influye la cantidad de luz a la que estás expuesto.

b) El número de veces que se parpadea por minuto: El número de veces que parpadeas por minuto, tiene que ver con si estás tranquilo o nervioso: a mayor cantidad de parpadeos, más nerviosismo, a menor cantidad de parpadeos, menos nerviosismo, más tranquilidad (mirar video).

c) El contacto ocular: El contacto ocular es la mirada que una persona dirige a la mirada de otra persona, en este contacto interesa poner atención en dos aspectos, uno, la frecuencia con que se mira al otro, y dos, el tiempo que se mantiene el contacto ocular.

En la conversación importa que la persona que te habla sienta que la escuchas, por eso tu mirada desempeña un papel importantísimo, pues es señal de tu atención. Así mismo, tú, como receptor también esperas que tu emisor valore tu atención, de modo que también necesitas que él haga contacto visual contigo; es una forma de retroalimentación.

d) La frecuencia al mirar: La frecuencia con que miras a alguien indica si esa persona te es o no (no si es té) agradable (¿es o no es?). Además de la frecuencia, importa el tiempo que mantienes la mirada, porque si diriges a alguien miradas breves y sólo ocasionales, impedirás la retroalimentación, mientras que si le diriges miradas largas y continuas, tu interlocutor notará que manifiestas interés en establecer o mantener una la interacción.

Con frecuencia miras más a alguien cuando hablan de temas triviales, cuando manifiestas algún tipo de interés hacia esa persona, cuando intentas influir en ella, o simplemente si tienes una personalidad extrovertida.

Miras menos cuando están muy juntos, cuando no te interesa la otra persona, cuando hablan asuntos muy delicados o íntimos, si eres muy introvertido o tímido (mira el siguiente video, en el que las miradas lo dicen todo, aunque -interesantemente- no ejemplifican lo que acabamos de decir).

En la conversación, la mirada cumple, principalmente, las siguientes funciones:

Finalmente, te recordamos que miras más cuando escuchas que cuando hablas, y que cuando le cedes el turno a la otra persona se lo haces notar, entre otras cosas, con la mirada.

1.5. La sonrisa

La sonrisa la utilizas para expresar tu simpatía hacia alguien, y también, para expresar tus estados de alegría y felicidad, o una buena disposición de ánimo. Pero también puede cumplir un papel de suavizante en situaciones muy tensas, como en una discusión. Imagina que discutes con alguien y que la conversación está empezando a no dar buenos resultados, tú puedes sonreír y finalizar la discusión, ya que la sonrisa distiende los ánimos.

Sonrisa fría.

También tienes que tener en cuenta que si sonríes atraerás otra sonrisa y eso es algo bueno y necesario en estas frías sociedades en que nos desenvolvemos.

Ok. Avancemos a otro tema ahora.

A lo largo de este apartado notaste que el lenguaje no verbal puede regular y complementar el lenguaje verbal, las palabras que emitimos al hablar. En su papel regulador tiene principalmente las siguientes funciones:


2. Distancias (proxémica)

La proxémica estudia el modo de estructuración del espacio humano: tipo de espacio, distancias mantenidas entre las personas, organización del hábitat, estructuración del espacio de un edificio o de una habitación.

Debemos tener en cuenta que el "yo" no está limitado nada más que por su piel, sino que se desplaza dentro de una especie de burbuja privada, que representa la cantidad de espacio que debe haber entre él y los otros. Notarás que si comienzas a acercarte a alguien que conoces poco y te acercas cada vez más, esa persona comenzará a retroceder irritada o se pondrá muy inquieta, nerviosa o incómoda. Eso ocurrirá porque tú habrás transgredido las "reglas de proximidad".

Distancias.

Las "reglas de proximidad" varían de acuerdo con las diferentes culturas, por ejemplo, nosotros los sudamericanos tenemos un trato físico mucho más cercano de lo que un norteamericano considera prudente, por ello no sería raro que al norteamericano, el extremo acercamiento del sudamericano le pareciese agresivo, pues estaría invadiendo su territorio (como en el siguiente video).

Pero la proximidad puede transmitir otro tipo de mensajes mucho más sutiles que una amenaza.

Se habla de que el contacto de hasta cuarenta y cinco centímetros es la distancia apropiada para reñir, hacer el amor o conversar íntimamente. A esa distancia las personas se comunican no sólo con las palabras, sino también con el tacto, el olor, la temperatura corporal; cada uno es consciente del ritmo respiratorio del otro, de las variaciones de textura y color de la piel, etc. Si hay entre cuarenta y cinco a setenta y cinco centímetros, hablamos (más o menos) de la burbuja personal, aquí la esposa puede permanecer dentro de la burbuja de su marido, pero probablemente se sienta molesta si otra mujer lo intenta. Para la mayoría de las personas la distancia en su fase lejana está limitada por la extensión del brazo, es decir, del dominio físico (entre setenta y cinco centímetros a un metro veinte aproximadamente), esta es la distancia apropiada para tratar asuntos personales. La distancia social es de un metro veinte a dos metros, por ejemplo en una oficina donde todos trabajan juntos, normalmente, adoptarán esta distancia para charlar. La distancia social lejana -entre tres y cuatro metros- es la que corresponde a conversaciones formales. Más allá de cuatro metros se considera distancia pública, adecuada para pronunciar discursos o algunas formas muy rígidas y formales de conversación (a manera de ejemplos, mira los siguientes videos: video 1 y video 2).

Se cree que el necesitar "espacio propio" va más allá de ser un mero sentimiento arraigado al ser humano, sino que parece ser una verdadera necesidad biológica. La importancia ha quedado demostrada en experimentos realizados en animales. Hasta hace un tiempo se creía en el mundo de la ciencia que si se producía una superpoblación en la tierra, sobrevendría el hambre mundial y las guerras por alimentos y se reduciría el número de habitantes. Pero un experimento con ratas demostró que mucho antes de que se presentara el problema del alimento, las ratas entraron en un estado de tensión por la falta de espacio, tanto, que los machos se volvían homosexuales, corrían en manadas, violaban, asesinaban o simplemente se dejaban estar y se volvían totalmente pasivos. Este fenómeno se denomina "Colapso del comportamiento", y todo por falta de espacio.

Colapso del comportamiento.

El espacio comunica. Cuando se forma un grupo de personas que conversan, cada individuo define su posición dentro del grupo cor el lugar que ocupa. Al elegir la distancia, indica cuánto está dispuesto a intimar y por su ubicación, demuestra cuál es el papel que espera desempeñar. Cuando un grupo cristaliza en una configuración concreta y cesa todo cambio de posiciones, es señal de que han cesado también las negociaciones no verbales.

A continuación, y para terminar este apartado sobre las distancias al hablar, dale una mirada al inventario de ejemplos para distancias (no son siempre exactas):

i. Íntimo: hasta cuarenta y cinco centímetros de distancia.

ii. Personal cercano: de cuarenta y cinco a setenta y cinco centímetros de distancia.

iii. Personal: de setenta y cinco centímetros a un metro veinte de distancia.

iv. Social cercano: de un metro veinte a dos metros de distancia.

v. Social lejana: entre tres y cuatro metros de distancia entre los interlocutores.

vi. Pública: más de cuatro metros de distancia.