Técnicas y ejercicios
¡Caramba, caramba! Así que se animaron a venir... Ingenuos e ingenuas. Bienvenidas y bienvenidos a este primerísimo tema de este Manual.
Mira el video de bienvenida, y siéntete más bienvenido todavía.
¿Entusiasmados? Seguimos entonces.
Como bien saben si ya leyeron el índice, este primer tema trata sobre "Técnicas y ejercicios". Su objetivo es darle una rápida mirada a los principales aspectos a considerar para lograr un buen desempeño de tu expresión oral.
Este tema viene a ser algo así como un oralidad-exprés, y su propósito es sólo entregarte una base mínima, y no dejarte experto en oralidad.
En Chile (lamentablemente nos consta), las cosas suelen hacerse a la rápida y a última hora. ¡Muy mal! Si este es tu caso (lo más probable), para eso está este primer tema del Manual. Si, por el contrario, eres uno de esos pocos que van a la hora y al día con todo, luego de mirar este tema te sugerimos revisar los demás, para así profundizar mucho más en tu conocimiento de la expresión oral.
Para los atrasados y para los que van al día, tener una buena expresión oral es un valor agregado (un plus) muy importante. Esto se los puedo asegurar. No es tan sencillo como saber o no saber geometría, pues desde fuera no se te nota si la conoces, pero si tu expresión oral no es la adecuada, apenas abras la boca para hablar todos podremos notarlo muy rápidamente. En ocasiones, una expresión oral inadecuada puede incluso conducir a la discriminación (¿te has reído alguna vez de alguien por cómo habla?).
En este tema revisaremos paso a paso las etapas para lograr una buena expresión oral en un evento determinado (por ejemplo, para una disertación), pero lo que aprendas acá, evidentemente, puede ser utilizado toda vez que vayas a expresarte oralmente. De hecho, te invitamos a adaptar lo que te entregamos aquí, cambiando, inventando y sugiriendo. No tenemos la intención de entregarte leyes ni reglas, sino herramientas y criterios.
1. Preparación previa
Si bien a hablar se aprende hablando (Sr., perdón, ¿cómo dice?), lo primero que debemos hacer para llegar a lograr un buen desempeño en nuestra expresión oral es una preparación previa, antes del hipotético evento en que la usaremos.
Esta preparación incluye algunos pasos básicos que encontrarás descritos a lo largo de este apartado, bajo la numeración "1." (1.1., 1.2., etc.).
Sabemos que las instancias donde se puede utilizar la expresión oral son muy variadas (dale luego una mirada al tema "Situaciones de comunicación", de este Manual). De manera que al estudiar estos contenidos deberás hacerlo con la perspectiva de que probablemente tendrás que adaptarlos luego a tu realidad.
1.1. Conoce y evalúa tu expresión oral
Estimados y estimadas: ¿cómo puede alguien mejorar su expresión oral si no la conoce? ¿Ah?
Suena evidente. La primerísima etapa dentro de la preparación previa para un evento de expresión oral, o para trabajar la expresión oral al largo plazo, es conocerla, y sobre todo saber cómo se está respecto de una norma o medida.
Para la expresión oral, como para muchas otras cosas de la vida, existen algunos usos que se consideran más adecuados e incluso como modelos. Por ejemplo, la expresión oral de los locutores de radio, de los lectores de noticias en televisión, de los profesores del colegio, de algunos políticos (el de la foto, por ejemplo), etc.
Hay en todos ellos algunas cosas en común, que son las que le dan ese carácter de ejemplar a su uso de la expresión oral. También todos pueden tener deficiencias (algunos problemas típicos), que también nosotros, comunes y corrientes hijos de cartero y vecina, podemos presentar.
Este modelo de uso del castellano del que hablamos es la norma culta del castellano estándar, que es la versión del castellano que se enseña en los colegios y liceos, la que encontramos en los libros, con la que se escriben los contratos, en la que se hacen las entrevistas de trabajo, etc.
Ahora, si te estás preguntando por qué el modelo con el cual nos mediremos es este y no otro (pregunta completamente legítima), consulta el tema "¿Corresponde o no corresponde decir...?"; lee también la terrible historia de "A" y "B", más o menos al medio del subapartado "Canal y código", del tema "Situaciones de comunicación", de este Manual.
Para saber, entonces, cómo es que estamos respecto de este modelo ideal de uso de la expresión oral, debemos analizarnos en varios aspectos, que serán los que preocuparán nuestra atención en los apartados del "1.1.1." al "1.1.4." (para obtener más información sobre cómo evaluar tu expresión oral, consulta el tema "¿Cómo evaluarla?", de este Manual).
1.1.1. Aspectos fonéticos a considerar
¡Ahhhhhh! Los aspectos fonéticos, son tan divertidos.
Con aspectos fonéticos hacemos referencia, básicamente, a tu pronunciación ("articulación", dirían fonetistas y fonoaudiólogos), que incluye a su vez muchas variables. Por ejemplo, la modulación, velocidad, ritmo, volumen, variantes fonéticas, etc.
Vamos por parte.
Lo primero y más fácil de evaluar de tu uso de la expresión oral, dentro del marco de los aspectos fonéticos, es tu modulación, velocidad, ritmo y volumen.
Modulación
La modulación se refiere en este contexto simplemente a si abres o no lo suficiente la boca para pronunciar las vocales y si relajas demasiado o no tu bocaza para la pronunciación de consonantes (además, para ambas, vocales y consonantes, juntar o separar los órganos articulatorios con el grado de precisión suficiente).
La modulación es un factor determinante para que se entienda lo que digas. Por poner un caso extremo, si abres muy poco la boca para pronunciar las vocales, la vocal /a/ se te puede llegar a confundir con la vocal /e/, y en lugar de "pana" te podrían entender "pane" o "pena", y quizás qué otras cosas más que yo no me imagino. Mira este video, para que te compares con una persona que modula bien y luego con una que modula mal.
¿Con cuál te sientes más identificado? ¿Con el guapísimo o la guapísima? ¿Te diste cuenta de que se le entiende mejor a la primera persona que a la segunda?
Si te sientes identificado con la persona que modula bien, pues sigue así (gracias). Si, por el contrario, te das cuenta de que en tu uso diario de la expresión oral modulas como el reverendo rábano (así le decimos a Pablo, el modelo del video), te recomendamos las siguientes estrategias:
Velocidad
La velocidad al hablar es fácil de detectar y de corregir. Incluso puede ser más fácil de corregir que la modulación. Si eres un apurón (esto se llama taquilalia), simplemente, colega, tómate las cosas con más calma. No hables tan rápido. Si tu caso es el contrario (bradilalia), por favor acelera la articulación. No hables tan lento, que puedes estar aburriendo a tu audiencia. Debes demorar menos tiempo en encontrar la palabra que estás buscando, para lo que debes tener un buen vocabulario (lee más), y más agilidad mental (¿estás durmiendo bien? ¿no tendrás anemia o algo así?).
Un dato curioso: ¿te has dado cuenta de que normalmente las personas de un tamaño más pequeño habla más rápido que el promedio y que los más altos hablan más lento que el promedio? Para mí que es cuestión de metabolismo (mira este video).
Ritmo
El ritmo, es otra variable relevante de tu expresión oral. Dicho de manera sencilla, se refiere a la diversa duración en tiempo que se le va dando a cada sílaba dentro de un enunciado. Normalmente, por ejemplo, las sílabas donde se encuentra la vocal acentuada duran más que las de vocales no acentuadas (para los que no sepan, la vocal acentuada de "perejil", es "-jil"). Además de la duración, hay otros recursos que contribuyen a constituir el ritmo de un enunciado; a saber, el volumen y la entonación.
Este asunto del ritmo tiene particular importancia en la poesía, donde se utiliza la duración de sílabas para producir diversas sensaciones en el lector.
Lo relevante del ritmo en nuestro caso es que le vaya dando dinamismo a la expresión oral, aunque sin sobrecargarla. Debe evitarse, por ejemplo, hablar a la manera de los niños cuando están leyendo en voz alta, pronunciando cada sílaba con la misma duración de tiempo. Tampoco te recomendamos hacer como algunos periodistas en sus notas en terreno cuando terminan cada frase alargando las últimas sílabas de lo que dicen.
La relevancia del ritmo en la expresión oral se asocia al factor inteligibilidad (¿Qué es eso?): un ritmo inadecuado puede dificultar la comprensión de lo que tú quieres transmitir. Los problemas con el ritmo son más difíciles de corregir que la modulación y la velocidad de elocución, ya que se requiere más oído para poder saber cómo se utiliza, y también la capacidad de regularlo.
Para que te sigas haciendo una idea de lo que es el ritmo: es el responsable, por ejemplo, de aquellos usos de la expresión oral que nos parecen monótonos y con los que nos solemos dormir (si le sumamos una velocidad general lenta y un volumen bajo, peor). El habla de las personas que nos divierten más, y que nos parecen dinámicas, tiene un ritmo más variable y atractivo, que "seduce".
Uno de los ritmos más fácilmente identificables, y que es más o menos conocido, es el estilo de hablar del mundo militar que nos muestran en la televisión. Allí las vocales con acento son muy enfatizadas a través del volumen y modulación, lo que le da un ritmo golpeado y enojado a los enunciados.
Volumen
El volumen de tu voz es lo que ya sabes: su intensidad. Debes regularla dependiendo del lugar donde te encuentres, con quién estarás hablando, qué es lo que estés diciendo, etc.
El volumen puede ser muy variable, pues va desde el cuchicheo hasta el grito en una discusión. Te ayuda a ser escuchado bien, ni muy bajo ni muy alto. A modo de ejemplo, mira el siguiente video.
A través del ritmo, de la velocidad, volumen y entonación puedes lograr ir dándole énfasis a tu discurso hablado, y lograr que sea agradable de escuchar y no soporífero ni agresivo. La diferencia que puedes encontrar entre un oficial dirigiéndose a los cadetes al decirles "atención" y un profesor de Enseñanza Básica diciéndoles lo mismo a sus estudiantes, está nada más que en el ritmo, velocidad, volumen y entonación de su expresión oral: el ritmo es mucho más marcado y fijo en el caso del oficial, la velocidad y el volumen son mayuores, y prácticamente no hay entonación. El ritmo en el profesor, en cambio, puede ser variado, la velocidad es baja, el volumen es alto, pero no gritado y la entonación incluso puede llegar a exagerarse.
Cada uso de estas variables obedece a objetivos diferentes, pues se orienta a tipos de personas diferentes. En algún momento puedes llegar a pensar que da lo mismo cómo sea tu volumen, ritmo, entonación y velocidad. Cuando estés en esas, imagínate el éxito que tendría un oficial hablándole a sus cadetes como a niños chicos y cuánto duraría en un colegio serio un profesor que gritonee a los estudiantes pequeños.
Otro grupo importante de rasgos de la expresión oral correspondientes a aspectos fonéticos son las pausas inadecuadas, inflexiones (mal uso de la entonación) y lapsus como el uso de muletillas ("ehhh", "ahhh", "claro", "entonces", "bueno", etc.). Mira el siguiente video, donde aparecen uno seguido del otro estos tres errores de expresión oral, que debes intentar evitar.
Para evitarlos, debes estar concentrado en lo que estás diciendo, fijándote en qué es lo que quieres expresar. Para los lapsus, en particular, debes tener dominio sobre el tema que estás hablando, y controlar tu nerviosismo.
Por último, dentro de los aspectos fonéticos, debemos considera algunas variantes inadecuadas para la expresión oral, que son aquellas sancionadas socialmente. Las más importantes para Chile son las que te presentamos más abajo (puedes ir mirando los videos con los ejemplos de una articulación recomendada y no recomendada, para hacerte una mejor idea de cada una de ellas):
Las variantes articulatorias inadecuadas, ya lo dijimos, son sancionadas socialmente, sobre todo en situaciones de comunicación formales, como una disertación o exposición. Para evitar usarlas, debes reemplazarlas por las aceptadas socialmente. Si tienes problemas para lograr producir las variantes adecuadas (no es un asunto sencillo), dale una mirada al tema "Órganos del habla", donde aparecen descritos la mayoría de los sonidos del castellano chileno y aparecen animaciones y videos que te muestran cómo debes producirlos.
1.1.2. Corresponde o no corresponde decir (registros y norma)
Un segundo paso para conocer y evaluar tu expresión oral dice relación con la capacidad que tengas para adaptarte a las diferentes situaciones de comunicación que puedes encontrar (con la familia, en un funeral, comprando algo, asaltando un banco, con el jefe, con los amigos, etc.).
Como debes saber, hay algunas situaciones muy formales, y otras muy distendidas. Para cada una de ellas existe un uso de la lengua en particular. Los especialistas del lenguaje dieron en nombrar a este uso de la lengua según fuera la situación registro de habla o simplemente registro.
Es importante que sepas qué registro es más adecuado a qué situación de comunicación. Normalmente, cuando alguien se equivoca en la forma de expresarse se le dice desubicado o desubicada. Por ejemplo, hablar de manera descuidada y a la rápida en un discurso de licenciatura suele ser considerado desubicado (o desubicada, si me lo permiten). Lo mismo al revés: en el contexto de un recital, hablar cuidadamente y pronunciando cada palabra con mucho esmero sería muy ridículo e inútil.
Sin embargo, la capacidad de adaptación no lo es todo. También en este asunto de la adaptación pesará la disponibilidad de recursos que tengas en tu uso de la lengua (recursos como vocabulario, variantes fonéticas, estructuras gramaticales, etc.). Si no tienes alternativas o un espectro amplio de posibilidades, no tendrás con qué adaptarte a las diferentes situaciones de comunicación.
Al conjunto de posibilidades de uso que tengas disponible para determinadas situaciones de comunicación se le conoce como norma, que, según la nomenclatura tradicional, puede ser culta o no culta, entre otras formas de clasificación (también se suele hablar de norma familiar o norma coloquial).
De manera relativamente arbitraria, diremos que si el uso que tienes de la lengua incluye la posibilidad de utilizar del castellano estándar (de los libros, documentos oficiales, profesores, etc.), probablemente tienes un habla culta. En el caso contrario, si no tienes entre tus posibilidades de uso el castellano estándar, tu norma se corresponde con la norma no culta.
Es más fácil mejorar el uso de los registros (saber adaptarse a la situación) que ampliar la norma que tengamos (saber más y mejor castellano para usar en más situaciones). Para los registros, sólo hace falta adaptarse al contexto. Todos sabemos, por ejemplo, que no podemos hablarle de la misma forma a nuestro hermano menor que a nuestro director del colegio. Para ampliar la norma de culta a no culta, en cambio, se debe pasar tiempo en contacto con el castellano de la norma culta, y practicándolo, por ejemplo, a través de la lectura, escritura y aprovechando lo que nos enseñan en el liceo o colegio.
A manera de dato al margen: este Manual está hecho utilizando la norma culta, registro informal del castellano de Chile. Puedes notar que se usa la norma culta porque las construcciones gramaticales y el léxico son relativamente amplios y de cierta complejidad. Puedes notar que se usa un registro informal de la lengua porque es distendido, nos permitimos tratarte de tú, usar palabras informales, etc. Fíjate que el poder manejar palabras informales o las posibilidades de uso de la norma no culta no le quitan lo culto a este Manual. Por saber un poquito más, no perdemos lo que somos, ni debemos cambiar nuestra forma de ser.
Todo este asunto de registros y normas, discutido con más calma y ejemplos, lo encontrarás en el tema "¿Corresponde o no corresponde decir...?", en este Manual. Por el momento, importa que te evalúes en estos aspectos, y que veas si funcionan bien en tu expresión oral.
1.1.3. Movimientos y distancias al hablar
Si ya pasaste Primero Medio (si lo repetiste, mejor), ya sabrás que nuestra comunicación es más que abrir la boca y decir palabras. Todo nuestro cuerpo comunica, de diferentes formas. Por eso es tan relevante para lograr una buena expresión oral considerar los movimientos, posturas y gestos de nuestro cuerpo; y las distancias y desplazamientos involucrados en la comunicación.
Este asunto podría dar para mucho, pero diremos aquí sólo lo esencial (más información en tema "Movimientos y distancias al hablar", de este Manual).
Movimientos, posturas y gestos
Con respecto a los movimientos, como muecas, posturas y gestos, es muy importante que estos acompañen lo que estamos diciendo. Suele pasar que vemos a gente que "habla con las manos", y que repite los mismos movimientos no importando lo que esté diciendo.
Todo nuestro cuerpo debe contribuir a un mismo objetivo: comunicar algo; y todo debe ser coherente, y ojalá controlado por nosotros. Por ejemplo, está bien enfatizar con la voz y al mismo tiempo mover una mano, como un hacha partiendo la otra que se encuentra estirada boca arriba y plana frente nuestro, como una mesa. No es recomendable, en cambio, estar todo el tiempo que uno habla moviendo y tomándose las manos, o rascándose la oreja.
Típicamente, hacemos movimientos corporales de más cuando estamos nerviosos (como en este video).
Es importante no exagerar corporalmente de ninguna forma, ya que esto llama la atención de manera negativa sobre nuestra expresión oral. Incluso es relativamente común que personas se rían de otras por la forma como gesticulan. Si la gesticulación es exagerada es muy fácil de imitar, y es lo primero que se recuerda.
Otro asunto relevante dice relación con tus posturas. Como decíamos, todo tu cuerpo comunica. La mayoría de las veces, sin embargo, sin que nos demos cuenta de ello.
Los brazos cruzados, por ejemplo, denotan que estás "cerrado" a la otra persona. Si mientras te encuentras sentado estás inclinado hacia delante, estás integrando a la otra persona -a través de tu cuerpo- a la conversación. Si estás echado hacia atrás, en cambio, le estás comunicando que te sientes claramente en una posición de superioridad y que no te interesa.
Distancias y desplazamientos
Con respecto a las distancias, diremos que cuanto más formal sea la situación de comunicación, y mientras mayor sea la asimetría de jerarquía entre tú y tu interlocutor, mayor será la distancia en la conversación (uno es simétrico con sus amigos, pero es asimétrico con respecto al director del liceo, que está arriba de uno, y con respecto al hermano menor, que está debajo de uno en una jerarquía de "poder").
Esto se hace evidente a cada rato. Por ejemplo, si te fijas, el juez está muy lejos de las personas con quienes habla en los juicios, porque está en una posición de poder. Lo mismo con el presidente o presidenta en el discurso del 21 de mayo todos los años. Con tu pololo o polola, en cambio, siempre estás muy cerca (¿te imaginas así de cerca con tu director?).
Las distancias al hablar funcionan de manera diferente en hombres y mujeres. Ellas suelen tener menos distancia con sus interlocutores; los hombres, en cambio, suelen mantener una distancia todo el tiempo.
El desplazamiento de tu cuerpo, por último, es un recurso no verbal que puede darle dinamismo a una intervención oral. Al disertar, por ejemplo, si estás totalmente quieto, puedes aburrir a tu audiencia. Si te desplazas por el lugar donde te encuentras puedes amenizar la situación de comunicación.
1.1.4. Familiaridad con la expresión oral
El último paso que consideramos necesario considerar previamente al momento de la expresión oral es que tengas muy claro si te es familiar expresarte de esta forma o no.
Hoy en día pasamos mucho tiempo frente a computadores, comunicándonos casi siempre por correos electrónicos y chats. No sería raro que no estés acostumbrado a expresarte cómodamente de forma oral. De hecho, para ponernos a tono con este contexto, este material sobre la oralidad está escrito y no hablado (¡Wuoaaa, paradójica paradoja!).
Es importante asegurar una práctica suficiente en la expresión oral, para que llegado el momento podamos desenvolvernos con comodidad a través de ella.
Un buen indicador de que hemos alcanzado un nivel suficientemente adecuado de expresión oral es la desaparición de la misma (What?). Nuestra expresión oral es adecuada cuando nos damos cuenta de que pasa absolutamente inadvertida, y de que lo que importa más es el contenido de lo que estamos diciendo, y no su "envase".
Debemos intentar llegar a tener una expresión oral que integre a todas las instancias de nuestro cuerpo y del lenguaje. Si nuestra audiencia se comienza a quedar dormida cuando hablamos, o pierden el interés, algo está fallando, y probablemente nosotros tenemos que ver con eso.
Para adquirir familiaridad con la expresión oral no queda más que usarla y usarla hasta que nos quede cómoda. Al principio puede que te pongas colorado, o que se note mucho tu nerviosismo, pero ya verás que se te irán pasando estos síntomas, y que irás adquiriendo mayor dominio sobre la situación. Si no practicas, no tienes cómo adquirir familiaridad con la expresión oral, ni podrás ir superando los problemas que puedas tener en este aspecto.
¡Ya! Listo con esto de conocer y evaluar nuestra expresión oral. Sigamos con otras cosas previas.
1.2. ¿En qué tipo de situación tendrás que intervenir?
La preparación previa a un evento de expresión oral, o de tu expresión oral en general, también considera que identifiques bien el tipo de situación donde tendrás que intervenir (te puede parecer un tanto obvio, pero no está de más precisarlo, por si acaso).
Algunas situaciones de expresión oral son muy estructuradas, como las siguientes:
Otras situaciones de comunicación son más espontáneas. Normalmente, más informales también, y se dan en cualquier momento:
La relevancia de saber la situación de comunicación donde tendrás que intervenir radica en que debes adaptarte a ella a través de tu registro. Para algunas situaciones de comunicación incluso tendrás que prepararte previamente, como para las disertaciones, exposiciones o debates, y una preparación tanto en la expresión oral como en el dominio del tema que tratarás, pues en situaciones de comunicación estructuradas tu expresión oral será observada y evaluada.
Para las situaciones de comunicación espontáneas, en cambio, no tiene mucho sentido prepararse formalmente, pero sí debes saber muy bien cómo adaptarte a ellas.
1.3. Dominio del tema
En el caso de que vayas a intervenir oralmente en una situación de comunicación estructurada, como una disertación, exposición, debate o mesa redonda, es vital del verbo vitalis que antes de hablar tengas un dominio pleno del tema que tratarás.
Muchos errores que cometemos al expresarnos oralmente surgen porque no dominamos el tema del que estamos hablando, y eso nos pone nerviosos, pues deberíamos dominarlo. Los nervios, a su vez, son causantes de síntomas que no ayudan a la expresión oral. Por ejemplo, pueden temblar la voz y las manos, y puede haber sudoración excesiva.
Para una situación de comunicación estructurada donde tú tengas que intervenir, antes de practicar la expresión oral te recomendamos fuertemente dedicar parte de tu tiempo a dominar el tema. La expresión oral debe acompañar a un contenido bien controlado, y no al revés. Por muy bien que te expreses oralmente en los aspectos de articulación, movimientos y desplazamientos al hablar, adecuación a situación de enunciación, etc., si no sabes del tema, no realizarás un buen trabajo de expresión oral.
Una estructura muy típica y básica para cualquier tipo de exposición donde vaya a utilizarse expresión oral considera los siguientes pasos mínimos:
Por supuesto, la estructura de una exposición variará dependiendo del tipo de evento donde se vaya a utilizar la expresión oral y el tipo de presentación o intervención que se vaya a hacer. Por ejemplo, no es lo mismo organizar un discurso argumentativo para convencer a los papás sobre la inocencia de algo, que uno expositivo para mostrarle al curso el maravilloso mundo de los palíndromos, aunque los dos tengan las mismas etapas básicas.
1.4. Tipos de apoyo
En las escuelas, hace unos 40 años atrás, nuestros padres y abuelos memorizaban mucho más que nosotros.
Hoy, memorizamos poco (¿el alfabeto? ¿qué más?).
Una de las razones que explican este cambio de estrategias en los colegios tiene que ver con un cambio en los enfoques memorísticos para la educación, pero también con el acceso expedito que tenemos a la información. De hecho, pareciera como si hoy importara más saber buscar, encontrar, ordenar, usar, que el saber mismo.
En nuestras intervenciones orales estructuradas pasa algo parecido. Ya no es extremadamente importante que sepamos cosas de memoria y que las digamos luego frente a personas, sino que debemos ser capaces de entender lo que estamos hablando, destacar lo que tiene de interesante o relevante para nuestro objetivo y para el público. Debemos ser capaces de proponer y no de repetir.
Como te puedes dar cuenta, en este contexto la memorización no es tan relevante.
De ahí que haya una mayor libertad para usar métodos de apoyo para nuestras intervenciones orales, aunque éstos dependen del tipo de situación de enunciación y de las reglas de la misma.
En las disertaciones, por ejemplo, es normal que podamos usar tarjetas de ayuda memoria en la mano y presentaciones de diapositivas. En una mesa redonda, donde hay una exposición de un tema, un coloquio entre los expositores y luego intervenciones del público, el expositor puede ayudarse en la 1ª etapa con un texto escrito.
En el caso de intervenciones orales en el colegio, y sobre todo en las que te evaluarán el desempeño (formativa o sumativamente), es bueno que consultes antes qué te está permitido usar como apoyo de tu disertación. Lo más normal es que tu profesor te diga qué es lo que se permite.
Según nuestra experiencia, los tipos de apoyo más comúnmente utilizados son:
Si bien es normal que podamos usar apoyos en las situaciones estructuradas de expresión oral, no minimices la importancia de dominar el tema, de manera que los apoyos no sean más que eso, apoyos, y no dependas de ellos para realizar un buen trabajo de expresión oral.
1.5. Importancia del ensayo
¡Es tan importante el ensayo! A través él podrás resolver de manera anticipada muchos asuntos que te facilitarán luego el trabajo, cuando hagas tu intervención oral. Por ejemplo, si te encuentras con que no puedes explicar fácilmente algo, es mejor que lo sepas en el ensayo a que lo sepas cuando sea demasiado tarde (chachachachánnnn). Mira este video para que veas en lo que te estás metiendo.
Si ya dominas la materia o tema del que hablarás, a través del ensayo podrás comenzar a fijarte en tu expresión oral, o incluso en el tipo de palabras que utilizarás y cosas así. Sé que no estamos acostumbrados a ensayar mucho porque siempre hacemos todo a la rápida, pero vaya que te servirá si te das el tiempo y lo incluyes dentro de las actividades de preparación previa para una disertación.
No descuides en el ensayo algunas partes de las intervenciones orales que a veces se consideran menos importantes. Ensáyalas igual, exactamente de la manera como crees que lo harás el día de la presentación. Por ejemplo, ensaya la manera como te presentarás, ensaya las diferentes partes de tu exposición (introducción, desarrollo, conclusión, por ejemplo), ensaya posibles preguntas que te pueda hacer el público, etc.
Si te es posible, ensaya con público. Es mucho mejor así. Si estás ensayando porque sí y no algo que te hayan pedido (por ejemplo, una lectura en voz alta), aprovecha de invitar a tu familia a escucharte, y entretenlos con algún tema que te guste mucho a ti o que sea llamativo para todos (recomendamos buscar en internet "cuadrados mágicos", "palíndromos" o "malabarismo").
2. En el momento mismo
Ya estamos en el día "d"...
Supongamos que tienes que disertar. Ya cumpliste con todas las etapas previas, es decir, sabes que tu expresión oral es adecuada a una instancia formal como la disertación, estás consciente de lo que es una disertación, y cómo debes funcionar en el marco de esta situación de comunicación. Dominas el tema, están listos tus apoyos audiovisuales (proyección de diapositivas y tarjetas de ayuda memoria) y ya has ensayado 2 veces tu disertación en el día anterior, en la tarde.
El momento de disertar se acerca peligrosamente, y es hora de realizar otra serie de acciones que aseguren el éxito de tu intervención oral.
2.1. Chequeo final de detalles
Lo primero que te recomendamos hacer (una hora antes de tu disertación, por ejemplo), es chequear que esté todo en su lugar, y que esté todo listo y preparado.
Hacer una lista de cosas para chequear el día siguiente es una buena idea. Mientas antes hagas esta lista de chequeo final de detalles (sin exagerar, por supuesto), más seguro estarás de que todo salga bien. Una lista de chequeo básica y que te puede ser de utilidad es la siguiente, preparada para una disertación normal:
Antes de salir
En el lugar
Los etcéteras se pueden multiplicar, claramente. El punto es que minimices la posibilidad de que por alguna torpeza vayas a estar en problemas luego, preocupado o apurado a última hora con algo.
2.2. Ejercicios de relajación y vocalización
Unos 30 minutos antes del momento exacto de tu disertación (seguimos con el ejemplo), te recomendamos que realices algunos ejercicios básicos de relajación, respiración y vocalización, para que estés en tu punto cuando tengas que hablar.
Esto es particularmente recomendable para aquellos que se ganan la vida hablando, como los profesores, locutores, comentaristas, etc.
Para la relajación, haz lo siguiente (puedes ir mirando los videos para cada ejercicio):
Para poner a tono tu respiración, haz lo siguiente:
Para la vocalización (una sencilla), haz lo siguiente:
Cuando ya hayas hecho todos esto, estarás más relajado y con tus órganos articulatorios en su punto para funcionar impecablemente en tu expresión oral (más información sobre este tipo de ejercicios en el tema Cómo cuidar la voz, de este Manual).
2.3. Durante la expresión oral...
Finalmente llegó el momento de iniciar. Como ves, la expresión oral propiamente tal es el momento cúlmine de todo un proceso preparatorio previo, que ojalá se haya llevado a cabo con tiempo y siguiendo los pasos que te sugerimos.
Para el momento mismo de la expresión oral, te recomendamos que priorices desarrollar lo que hayas ensayado, pero que también des oportunidad a tu espontaneidad y al juego, sobre todo si la situación de comunicación te lo permite. Hacer participar a la audiencia, por ejemplo, es muy llamativo y mantiene atento a tu público (también demuestra que controlas la situación).
Apenas comiences, recuerda presentarte, e intenta mantener durante todo el tiempo una actitud positiva.
Es importante que te relaciones con tu audiencia a través del contacto visual. Para ello puedes ir haciendo barridos con tu mirada para ir cubriendo a cada uno visualmente. Si sólo miras el suelo o a tu profesor (esto último, tremendamente típico), dejarás "fuera" de tu intervención al todo el resto de las personas que te fueron a ver. Cuando las miras, en cambio, las integras a la situación de comunicación.
Otro asunto importante es evitar alargarte innecesariamente (mea culpa). Con los nervios, es normal que se tome un poco más de tiempo que el que se había ensayado antes. Por eso es importante que de vez en cuando mires algún reloj, para guiarte en la hora y puedas respetar los plazos que se te han dado.
Si dominas bien el tema del que estás hablando no tendrás problemas, pero si no es así, puede que suceda que te "cuelgues" de la presentación de diapositivas o de tus tarjetas ayuda-memoria. Si lees todo el rato de las diapositivas no se cumple el propósito central de la exposición: leer en voz alta es muy distinto de una disertación.
Recuerda desplazarte de vez en cuando, y no quedarte pegado en un punto de la sala. Evita también jugar con las manos. Utiliza un tono de voz y volumen adecuados. Intenta también gesticular de manera que vayas acompañando lo que dices.
¡Qué les vaya estupendo, estimados y estimadas!
2.4. ¿Cómo controlo el nerviosismo?
Dentro de un cierto marco, el nerviosismo es algo natural, y estará presente en nosotros cada vez que nos acerquemos a algo desconocido o cuando somos desafiados a hacer algo que creemos que es difícil.
Los nervios tienen una raíz psicológica, pero muchas de sus manifestaciones son corporales. Algunas de estas manifestaciones son sequedad bucal, temblor en manos y rodillas, quiebre de la voz, sonrojamiento, dolores de guata, problemas asociados a los dolores de guata, sudoración, etc.
Por ser un asunto que ocurre en gran medida en nuestra cabeza, el nerviosismo es un fenómeno complejo, y donde pueden intervenir variables de diferente tipo. Por lo mismo, proponer "la" receta para superarlo es imposible, pero sí hay algunas estrategias que te recomendamos intentar:
2.5. Para después de
A veces cometemos el error de pensar que después de nuestra presentación todo se acabó y que nos fuimos felices para la casa. ¡Nones! Todavía queda trabajo por hacer.
Lo primero que te recomendamos firmemente hacer es cuidar tu voz. Es típico, sobre todo para eventos más importantes como exámenes de grado o defensas de tesis, que luego de la presentación exitosa se haga un brindis o que saltemos de alegría.
Si antes de tu presentación preparaste tu voz, y durante la presentación tomaste agua tibia, tu voz está también en su punto, como un motor caliente. Si la enfrías rápidamente o le sobreexiges luego de la presentación probablemente comenzará a dañarse. Tómate tu tiempo para que tu voz se ajuste a la normalidad. Para ello, simplemente cuídate de no tomar cosas heladas ni de hablar fuerte por unos 10 minutos, mínimo. Tómate las cosas (la champaña también) con calma (más información sobre este asunto en el tema "Cómo cuidar la voz, de este Manual).
Un segundo asunto para que tengas en consideración dice relación con la retroalimentación, que es muy importante.
Date un tiempo para preguntar a un par de tus amigos o compañeros más cercanos y más lejanos cómo creen ellos que lo hiciste. Qué fue lo bueno, qué fue lo malo, y cómo creen ellos que lo harías mejor. También consulta a tus profesores (o colegas, si es el caso).
Cuando sientes que no lo has hecho bien en tu presentación, la retroalimentación es un proceso relativamente desagradable, pero muy necesaria para que en la próxima lo hagas mejor. Enfrenta la retroalimentación positivamente. Nadie es perfecto, y todos podemos mejorar siempre en algún aspecto.
3. Hábitos para una buena expresión oral
Como hemos señalado en los apartados anteriores, la expresión oral no es una práctica de un momento nada más, sino que es toda una forma de vida (jajaja, te la creíste). No nunca tanto: es un hábito, como lo es comer con tenedor y cuchillo y lavarse los dientes después de cada comida.
Si quieres lograr un desempeño estupendo en tu 1ª cena formal con tu suegro y suegra, debes saber utilizar el tenedor y cuchillo desde antes. De lo contrario, estarás pensando en eso, y no podrás avanzar con tu piloto automático para que la conversación sea lo que destaque de ese momento. Probablemente, por otra parte, se te caerá una papa duquesa en el mantel, y nadie quiere eso. Lo mismo con la expresión oral.
Si la expresión oral no es un hábito para ti, y no le prestas la atención que se merece cuando tienes tiempo y estás tranquilo, llegado el momento de hacer algo más exigente, tendrás que dedicar un esfuerzo mucho mayor para lograrlo.
Pongamos un ejemplo. Si estás demasiado concentrado en no usar muletillas (como "ehhh", "bueno", "entonces"), y todos saben que usas muletillas, lo más probable es que tu mensaje pierda fuerza, y que lo único que se recuerde de tu expresión oral es que fue el día en que Fulano dijo más muletillas que nunca.
La expresión oral tiene su sentido último en la expresión, en comunicar. Tu expresión oral deberá ser una herramienta eficaz para lograr comunicar algo.
Veamos algunos hábitos importantes que te pueden ayudar a llevar tu expresión oral a otro nivel. Si te parecen demasiado obvios, ¡deberías estarlos practicando!
3.1. Consciencia sobre tu expresión oral
Sí, tan sencillo como eso. En la medida que tengas consciencia sobre tu expresión oral, podrás ir, poco a poco, mejorándola.
Todo comienza en casa: si no te das cuenta de que puedes mejorar o de que es importante echarle un ojo a esto de la expresión oral de vez en cuando, no sucederá nada. Tener consciencia de tu expresión oral significa dedicarle tiempo de observación, ver qué cosas de las que haces no son adecuadas en ciertos contextos, compararte con usos modelo de la expresión oral e intentar poder hacer lo mismo.
Escucha con atención, date cuenta de que no todos hablamos igual, y de que la manera como te expreses puede ser relevante en determinado momento, sobre todo cuando enfrentes situaciones de comunicación exigentes y muy formales.
Por si acaso, los cambios permanentes sólo pueden hacerse poco a poco, así que tampoco te afanes en lograr resultados fabulosos de un momento para otro.
Una buena manera de irse analizando es comenzar por preguntar a alguien que sepa, por ejemplo, a algún profesor de castellano (de los buenos, claro), qué es lo que creen ellos que debes mejorar, y qué debe ser prioritario. Además, ellos deberían poder ayudarte en un proceso de mejoría.
Yo me pregunto ahora: ¿quién le hace caso a recomendaciones como esta?, ¿quién de todos ustedes, lectores, irá donde alguien a que le digan que habla mal? Todavía no pierdo la fe, estimados y estimadas, todavía tengo fe en ustedes y su iniciativa por mejorar.
3.2. No dejar de usarla, practica
Sí, las disertaciones no son la única instancia donde debemos practicar la expresión oral. Como ya dijimos, la expresión oral es un hábito, pues la usamos siempre, y toda instancia sirve para practicar y hacer experimentos divertidos.
Por ejemplo, intenta ver qué sucede si utilizas un registro extremadamente formal cuando vayas a comprar cualquier tontera a algún negocio de barrio. Haz lo mismo con tu chofer de micro y con tu hermano menor (sólo si tienes, obviamente).
Luego de ver qué sucede, acércate a otro negocio y a otro chofer de micro, pero esta vez hablando en un registro muy informal y descuidado (dentro de un marco de respeto, claro está). Verás cómo cambia la cosa. Si el negocio que escogiste es una multitienda, probablemente la persona que está atendiendo lo hará de manera diferente. Al chofer de micro no debería sorprenderle que le hables muy informalmente. Tu hermano menor, si tiene menos de 5 años, apenas notará la diferencia.
Aprovecha cuando estés más tranquilo para practicar y experimentar con tu expresión oral.
Al aprender otras lenguas, un buen ejercicio es intentar ver si podemos pensar y comunicarnos en la 2ª como lo hacemos cotidianamente con nuestra lengua materna. Una parte importante de esta práctica es la pronunciación: practicar hasta que la pronunciación salga lo más parecida posible a la lengua original. Haz lo mismo con tu expresión oral en castellano. Si tienes dificultades con algún área de tu modulación o pronunciación, o usas alguna variante articulatoria inadecuada (la "sh" "shacotera", por ejemplo), practica la más adecuada mientras estés solo, caminando por la vida. No dejes para el último momento algo que puedes practicar con tiempo.
3.3. Aprende a escuchar
¿Qué tiene que ver esto de "aprender a escuchar" con la expresión oral?
Para la comunicación efectiva, hace falta al menos un emisor y un receptor. Si queremos que los demás nos presten atención y escuchen lo que tenemos que decir a través de nuestra expresión oral, debemos partir nosotros mismos por saber escuchar.
Brevemente, revisa las siguientes recomendaciones que te damos para aprender a escuchar y para la escucha activa, y sea para instancias de expresión estructuradas o espontáneas:
Al escuchar a otra persona en alguna instancia estructurada de expresión oral, la toma de apuntes también puede ser importante. Te recomendamos que tengas en consideración lo siguiente:
3.4. Cuidados para la salud vocal
Otro hábito importante para lograr un buen desempeño sostenido en expresión oral es cuidar tu voz, para que te dure en buenas condiciones todo el tiempo que se pueda.
Revisaremos aquí sólo algunos asuntos clave al repecto. Si quieres profundizar en este tema, te recomendamos revisar "Cómo cuidar la voz", en este Manual.
Para apoyar correctamente tu articulación de sonidos a través de la respiración, te recomendamos utilizar la siguiente técnica: inspira por la nariz inflando la parte baja de tu vientre, y no la parte superior. Cuando haces esto bien las costillas de más abajo salen un poco hacia fuera y tus intestinos bajan. Los hombros no deberían subir. En la medida que hablas, espira por la boca. Mientras espiras, notarás que tu diafragma, que estaba abajo empujando tus órganos intestinales, asciende nuevamente y se relaja. Eso es todo con esta respiración.
Tu postura corporal también es relevante para cuidar tu voz. Una buena postura asegura una buena respiración, que será la clave para una expresión oral de calidad. Procura estar derecho, con la cabeza erguida, saca pecho, relaja los hombros, y deja caer tus brazos con naturalidad.
Ten cuidado también con tu voz cuando estés enfermo, cuando tengas ansiedad o estrés, cuando estés muy cansado o cuando tengas que cuidar niños.
Algunos consejos para tu higiene vocal (sí, no bucal), son los siguientes:
4. Ejercicios para practicar
Bien, luego de esta brevísima pasada al vuelo por los principales aspectos para el desarrollo de una buena expresión oral en un evento en particular, vamos a poner en práctica lo aprendido con cuatro simulacros de situaciones donde la expresión oral tiene un papel relativamente protagónico. En las primeras dos, la expresión oral es crucial, pues son situaciones bastante formales. Las otras dos son más bien informales, y nos muestran una faceta de la expresión oral más cotidiana.
Para practicar, te sugerimos que sigas los pasos que se te proponen en cada uno de los simulacros (pero no te olvides de adaptar las recomendaciones que te hagamos acá a tu manera de ser y a tu realidad). Además, una buena idea es que te consigas un "público" para que sea tu destinatario. Ensayar con público de confianza es una excelente forma de comenzar.
Los pasos varían un poco de simulacro en simulacro, pues dependen de la situación de comunicación en particular. Cuando los simulacros se parecen entre sí, sin embargo, puede que se repitan algunos pasos sin variación alguna.
4.1. Simulacro de disertación
La disertación es una actividad donde alguien expone sobre un tema en particular a un público determinado. Es bastante amplio en las formas en que puede hallársele. Por ejemplo, es una disertación lo que hacemos en el colegio con Arturo Prat y también es una disertación lo que hace el abogado cuando le muestra al juez cómo fue que el acusado no estaba en el lugar donde se dice que estaba.
Nosotros practicaremos una disertación como las que hacemos comúnmente en el colegio.
La idea es que vayas completando uno por uno los pasos que te propondremos aquí. Al terminarlos, habrás simulado una disertación. Aprovecha de darle una mirada antes a este video.
Aquí van:
1. Pasos previos
a) Analiza: ¿cómo está tu expresión oral para una disertación?
b) Situación de disertación
c) Dominio del tema
d) Confección de apoyos
e) Ensayo
2. Durante
f) Chequeo de detalles
Usando tu lista de chequeo, revisa que esté todo en su lugar (tu reloj, el agua, tus tarjetas ayuda memoria, probaste tus materiales, el proyector multimedia, el cierre, etc.), y que todo vaya bien contigo (los organizadores saben que llegaste, fuiste al baño, etc.).
g) Ejercicios de relajación y vocalización
h) Durante expresión oral
i) Después de...
¡Listoco! Muy bien. Vamos con el siguiente.
4.2. Simulacro de lectura en voz alta
La lectura en voz alta es, de todas las actividades que hemos mencionado aquí, la más exigente para con la pobre e inocente expresión oral. Normalmente, los profesores evalúan la expresión oral de sus alumnos a través de una lectura en voz alta, ya que en ella se debe utilizar un registro formal de la norma culta del castellano (en pronunciación, quiero decir), y porque las variables son más fáciles de controlar en la evaluación que en otro tipo de discursos.
En este simulacro, practicaremos una lectura en voz alta como la que tendrías que hacer en el colegio si te la pide un profesor (como en este video).
Sigue los siguientes pasos uno a uno. Al completarlos, habrás simulado exitosamente una lectura en voz alta.
1. Pasos previos
a) ¿Cómo está tu expresión oral para lectura en voz alta?
b) Situación de lectura en voz alta
c) Dominio del tema: no procede para lectura en voz alta.
d) Tipos de apoyo: no procede para lectura en voz alta.
e) Ensayo
2. Durante
f) Chequeo de detalles
g) Ejercicios de relajación y vocalización
h) Durante expresión oral
i) Después de...
4.3. Simulacro de discurso improvisado
La mayor parte de nuestras intervenciones de expresión oral en la vida diaria corresponden a discursos improvisados y a conversaciones, por ejemplo, comentarios, opiniones, alcances, sugerencias, brindis, etc.
Las instancias de discurso improvisado y de conversación suelen ser menos complejas de llevar a buen término que las intervenciones de expresión oral estructuradas, pero aun así debemos defendernos en ellas como corresponde, ya que también allí podemos ser objeto de discriminación si no lo hacemos adecuadamente.
El carácter improvisado de las intervenciones sencillas y conversaciones impide que podamos ensayarlas o prever exactamente cómo tendremos que actuar al encontrarnos en ellas. Puede que no sean tan exigentes ni complejas de estructura como otras instancias de expresión oral, pero su naturaleza espontánea demandará de nosotros una habilidad importante para adaptarnos y adecuarnos a la situación de comunicación en que nos hallemos (y hay gente que no se adecúa, como en este video de alguien improvisando).
Aunque en este caso resulta un poco extraño ensayar, te proponemos que sigas los siguientes pasos para llevar a cabo un simulacro de discurso improvisado:
1. Pasos previos
a) ¿Cómo está tu expresión oral para un discurso improvisado?
b) Situación de discurso improvisado
c) Dominio del tema
d) Tipos de apoyo: no procede para discurso improvisado.
e) Ensayo: no procede para discurso improvisado.
2. Durante
f) Chequeo de detalles: no procede para discurso improvisado.
g) Ejercicios de relajación y vocalización: no procede para discurso improvisado.
h) Durante expresión oral
i) Después de...
4.4. Simulacro de conversación cotidiana
Y bueno, qué podemos decir, la conversación cotidiana es una cosa de todos los días, ¿no? Algunas veces, sin embargo, dependiendo de con quién conversemos, la expresión oral puede dejar de ser sencilla. Por ejemplo, si conversas cotidianamente con tus abuelos ancianos, ya que tendrás que adaptar tu léxico, hablar pausadamente, aumentar el volumen de tu voz, etc.
Te proponemos que sigas uno a uno los pasos que te señalaremos a continuación. Cuando termines, habrás simulado una conversación cotidiana (es raro andar simulando estas cosas: este video me da la razón).
1. Pasos previos
a) ¿Cómo está tu expresión oral para una conversación cotidiana?
b) Situación de conversación cotidiana.
c) Dominio del tema: no procede para conversación cotidiana.
d) Tipos de apoyo: no procede para conversación cotidiana.
e) Ensayo: no procede para conversación cotidiana.
2. Durante
f) Chequeo de detalles: no procede para conversación cotidiana.
g) Ejercicios de relajación y vocalización: no procede para conversación cotidiana.
h) Durante expresión oral
i) Después de...
Ya. Ahora sí listo, listo. Lista la oralidad-exprés. Ahora revisa el resto de este Manual, y aprovecha que es gratis. ¡Salud!